Cuando se disputa una gran competición futbolística, como un Mundial, una Eurocopa o la Copa América, se escribe mucho sobre las selecciones nacionales que se jugarán el título y acerca de las estrellas del balompié que se dan cita en estos torneos.
Sin embargo, en la mayoría de ocasiones no se incide lo suficiente en las ciudades y estadios que albergan los partidos de las fases finales de los campeonatos. Por ejemplo, sabrían decir ¿cuáles fueron éstas en la Copa del Mundo España 82?

La primera fase se disputó en trece capitales de seis Comunidades Autónomas. Las ciudades gallegas de Vigo y La Coruña fueron el escenario del Grupo I. Compuesto por Italia, Polonia, Perú y Camerún, los partidos se disputaron en los estadios de Balaidos (37.000 espectadores) y Riazor (34.500 espectadores).
Alemania Federal, Argelia, Chile y Austria quedaron encuadradas en el Grupo II. Asturias fue su cuartel general durante esta fase inicial del Mundial de Naranjito, jugando sus encuentros en El Molinón de Gijón (42.000 espectadores) y el Carlos Tartiere de Oviedo (22.300 espectadores).
El Rico Pérez (32.100 espectadores) y el Martínez Valero (38.750 espectadores), estadios situados en Alicante y Elche, respectivamente, acogieron los choque del Grupo III. Los aficionados de la Comunidad Valenciana vieron cómo Argentina, Bélgica, Hungría y El Salvador se jugaron el pase a la segunda fase.
El Grupo IV tuvo lugar en el País Vasco y Castilla y León. San Mamés en Bilbao, con una capacidad para 44.200 espectadores, y el José Zorrila de Valladolid, inaugurado para esta cita mundialista con un aforo para 30.100 aficionados, recibieron los partidos entre Inglaterra, Francia, Checoslovaquia y Kuwait.
En el Grupo V quedó encuadrado el anfitrión, que colgó el ‘cartel de no hay billetes’ en todos sus encuentros. Junto a Honduras, Yugoslavia e Irlanda del Norte, España disputó sus duelos en los estadios Luis Casanova de Valencia (49.600 espectadores) y La Romareda de Zaragoza (43.600 espectadores).
Brasil, Unión Soviética, Escocia y Nueva Zelanda componían el Grupo VI. Andalucía disfrutó de los choques de algunas de las selecciones más potentes de aquella época, que ofrecieron su mejor fútbol en los estadios sevillanos Benito Villamarín (47.400 espectadores) y Sánchez Pizjuán (70.600 espectadores) y el malagueño La Rosaleda (35.000 espectadores).
Doce selecciones nacionales se clasificaron para la segunda fase. Con un formato de cuatro grupos de tres equipos, los ganadores de cada uno de ellos obtenían un billete para las semifinales. El Camp Nou de Barcelona (103.500 espectadores) fue la casa de Polonia, Unión Soviética y Bélgica. También en la ciudad condal, Italia, Brasil y Argentina disputaron sus partidos en Sarriá (37.700 espectadores).
Los otros dos grupos se decidieron en el norte y el sur de la capital de España. Los vecinos de Madrid vieron como Alemania Federal, Inglaterra y España jugaron sus choques en el Santiago Bernabéu (90.100 espectadores), estadio del Real Madrid, mientras que Francia, Austria e Irlanda del Norte lo hicieron en el Vicente Calderón (62.100 espectadores), casa del Atlético de Madrid.
El Camp Nou de Barcelona y el Sánchez Pizjuán de Sevilla fueron el escenario de las semifinales entre Polonia e Italia y Alemania Federal y Francia, respectivamente. En la primera de ellas, los azzurri lograban su pase a la final tras imponerse por 2-0 a la gran revelación del torneo. En la segunda, alemanes y franceses ofrecieron una de las eliminatorias mundialistas que más se recuerda. Tras un empate a tres goles, después de una prórroga con un tanto para cada equipo, Alemania Federal se clasificaba en la tanda de penaltis (5-4).
El 10 de julio, Polonia se colgaba la medalla de bronce tras imponerse por 3-2 a la selección liderada por Michael Platini en el Rico Pérez de Alicante. Al día siguiente, el estadio Santiago Bernabéu acogió la gran final, donde los italianos, liderados por el goleador de la competición Paolo Rossi, alzaban su tercer título mundial, 44 años después del logrado en Francia 38, tras imponerse por 3-1 a la Mannschaft.
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